En medio de kilómetros de estepa infinita, se abrió la tierra y se formó un cañón de altísimos muros de piedra. En el centro quedó un estrecho valle por el que pasaba un río, que lo convirtió en un oasis en medio del desierto. Eso sucedió más o menos en el tiempo en que África se separó de América.
Unos miles de años después, los primeros habitantes de la zona, nómadas cazadores, pasaban temporadas en el valle y en las cuevas formadas en los muros de piedra y pintaban en ellas.
Unos más miles de años después llegamos al Cañón del río Pinturas. El oasis y las pinturas siguen ahí.