Recién llegando a Lethbridege, Bibi nos invitó a acompañarla al albergue de perros donde trabaja como voluntaria un par de días a la semana. Cada vez que va, pasea y juega con cada perro del albergue, limpia sus patios y sus jaulas (nada huele a perro!!), les da de comer, les cambia el agua. Básicamente lo que toque. Nosotros pasamos unas horas jugando y corriendo con los perros a los que les gusta jugar y correr y apapachando a los perros que necesitan más apapachos. A unos les gusta ir por la pelota, a otros les gusta que uno trate de agarrar la pelota que no sueltan. A unos les gusta correr y correr hasta cansarse y a otros les gusta agarrar una cuerda con los dientes y jugar a ver quien la jala más fuerte. Pero a todos lo que más les gusta, es querer y que los quieran. Por eso vamos a adoptar un perro.