Queríamos hacer pic nic y decidimos parar en Fort Ross, porque habíamos leído que había una iglesia rusa ortodoxa del siglo pasado. Llegamos al Fuerte y había fiesta.
Se celebraba el bicentenario de la llegada de la comunidad rusa a la zona. Sacerdotes y monjas ortodoxos, niños vestidos de campesinos rusos, música y canto, comida típica y vodka. Todo el kit. Y nosotros, comiendo nuestra ensalada de pasta y pasando bastante desapercibidos.