De agua azul y fresca, de agua verde y estancada, sin agua. Con la forma del estado de Texas, enormes, minúsculas, inflables. Llenas, vacías, convertidas en jardín. Las albercas bajo el sol del verano, mientras cruzábamos Estados Unidos.
David y Gao nos invitaron a cenar junto al mar y a pasar la noche en su casa en San Diego. Nos fuimos a dormir hasta que a Isabella se le acabó la pila, que junto con la sonrisa, parecía que le iba a durar toda la noche.