Santiago está rodeado. Detrás de los edificos se ven las enormes montañas de más de 6000 metros de altura que forman parte de la cordillera que atrtaviesa el país de sur a norte.
Primero venía, luego ya no venía. Al final si vino, felizmente. Nos encontramos en Montevideo y nos fuimos a Cabo Polonio.
Como salpicadas entre las piedras. Casitas blancas con vista al mar.
Nos fuimos a la lancha muy de mañana, antes de que el sol se pusiera bravo.
Agua, viento, sol, cielo azul, jardines de lirios con flores amarillas. Y nubes de borreguitos.