Luz, aire, agua. Concreto y vidrio. Tadao Ando. El Modern Art Museum en Fort Worth.
En Valparaíso hay muchos cerros y cada uno tiene su nombre. Está el cerro Concepción, el Alegre, Artillería, Bellavista, La Florida y como veinte más.
También están el cerro Panteón, que en su parte alta tiene un gran cementerio y el cerro Cárcel, que se llama así por la cárcel que se construyó ahí en 1854 y que funcionó hasta finales de la década de los 90. A partir de entonces el lugar se transformó en un parque y recientemente se terminó el proyecto de su nuevo y radiante centro cultural.
El día que fuimos a ver las cataratas de Iguaçú, visitamos también la monumental Presa de Itaipú(en guaraní quiere decir piedra que suena), en el río Paraná, que comparten Brasil y Paraguay.
Ahí van unos datos:
El concreto que se utilizó para hacer la presa, alcanzaría para hacer 220 estadios como el Maracaná y el hierro y acero, para hacer 380 torres Eiffel.
El ritmo de construcción de la presa, daba para construir una edificación de 22 pisos cada 50 minutos.
El 75% de la energía generada por la presa abastece el 24% de la energía que consume Brasil y el 25% restante abastece el 95% de la energía que consume Paraguay.
Una presa gigante. Éxito de la ingeniería y del malabarismo geopolítico (fue todo un tema encontrar un acuerdo entre Paraguay, Brasil y Argentina, que comparten el río), su construcción fue muy polémica por todo lo que se llevó de largo y por el cambio climático que generó en la zona (la temperatura se modificó en un promedio de 15º a 20º a partir de su construcción).
Por la mañana habíamos sentido toda la fuerza y libertad del agua en su estado natural. Hermoso, impresionante. Por la tarde, en contraste, la imposición y grandiosidad del hombre domando a la naturaleza, apresándola y encausándola a su servicio. Un paisaje antinatural y masivo, desolado, pero también impresionante.