Volamos en Ala Delta sobre el Parque Nacional de Tijuca en Rio de Janeiro. El primero en saltar fue Chelo, luego Gala y al final Ivan.
Desde arriba vimos el Pão de Açúcar y el Morro del Corcovado a lo lejos y debajo, la montaña y la playa y el mar. Los pájaros volaban junto a nosotros y se sentía que planeábamos a la misma velocidad. Luego más abajo volamos sobre la ciudad y vimos muchas casas con alberca y edificios y coches y gente. Y nosotros planéabamos en silencio, escuchando solo el viento. Descubriendo por fin que se siente hacer lo que solo habíamos hecho soñando, volar despiertos.
Y como en todas las ciudades maravillosas, contrastes a cada paso.
y llegó para quedarse… Chelo va con Tacubaya Viaja desde Rio de Janeiro hasta Buenos Aires. Primera parada, el Cristo de Corcovado.
Ese día nos fuimos de morro en morro para ver desde arriba lo que habíamos vivido desde abajo, la probadita de una de las ciudades más hermosas del mundo.