El sitio arqueológico de Caral está en el Valle de Supe, como a 200 km al norte de Lima. Tiene más de 5000 años, lo que lo convierte la construcción más antigua (como por 1500 años) de América encontrada hasta la fecha.
Aunque hay registros de visitas hechas al lugar por arqueólogos y viajeros desde principios del siglo XX, fue hasta la década de los noventa que se determinó su importancia y antigüedad. A partir de entonces el sitio está protegido y se trabaja en su exploración y conservación hasta la fecha.
Nos pasó en Caral lo que nos pasaría los siguientes días mientras visitábamos los sitios arqueológicos de la costa norte de Perú. A diferencia de Machu Picchu y toda la zona del Valle Sagrado, el centro del imperio inca, tan conocido, estudiado y restaurado, estos sitios, que son mucho más antiguos que aquellos, han sido descubiertos mucho más recientemente y en la mayoría de estos, los trabajos arqueológicos de conservación empezaron no hace más de 30 años y van poco a poco, luchando siempre contra el clima desértico de la costa, que lo erosiona todo (casi todas las construcciones son hechos de adobe y no de piedra, como en el caso de las construcciones incas) y contra los huaqueros, o saqueadores de tumbas, que en su búsqueda incansable de tesoros escondidos destruyen todo a su paso, pero que por otro lado, han sido quienes en muchos casos, han hecho descubrimientos importantes en los sitios, lo que da lugar a que el gobierno por fin se decida a protegerlos.
Visitar estos lugares requiere de mucha imaginación, por decir lo menos, porque en muchos casos los trabajos de conservación van en una etapa muy temprana (de restauración, ni hablamos) y las pirámides y construcciones siguen estando casi completamente enterradas en montañas de arena y piedra en medio del desierto. Pero es muy emocionante ver todas esas estructuras, latiendo enterradas dentro de la tierra, a penas mostrando una probadita de lo que fueron, diciendo a cuenta gotas todas esas historias desconocidas hasta hace tan poco tiempo.
En una época en la que todo va tan rápido y los descubrimientos parecen venir uno tras otro dejándonos tiempo a penas para procesarlos, estos recintos (por razones económicas, políticas, burocráticas y culturales) siguen un ritmo como de antes, van poco a poco. Hay tanto por descubrir y habrá que tener paciencia, (ejercicio interesante en estos días), porque sea lo que sea que estos sitios tengan que decir, seguro valdrá la pena esperar para escucharlo.
Las ruinas de Chinkana, en la parte Norte de la Isla del Sol.
Edificio del Antiguo Hospital de San Juan de Dios en Granada, Nicaragua. Funcionó entre la primera y la última década del siglo pasado y ahora está prácticamente desmantelado y en total abandono, pero conserva con gracia sus aires de grandeza y sus verdes y azules pálidos de quirófano.