Llegamos a Ensenada y nos encontramos con Santiago, que en una tarde nos llevó a comer las mejores tostadas de ceviche (a penas llegamos porque a las 3 de la tarde se acaba todo), a pasear por el puerto, a visitar a la Diosa Tara en lo alto de un cerro, a comer nuestros primeros tacos de bisteck con queso. Y claro, a tomar Mrgaritas al mismísimo lugar donde se inventaron, el Bar del Antiguo Hotel Playa Ensenada, hoy Centro Social, Cívico y Cultural de la ciudad. Salud, por los amigos que encontramos en Tacubaya. Que vengan muchos reencuentros más.
Santiago nos vino muy bien para cargar todo tipo de pilas. Por fin arreglaron el coche y le hicieron el servicio de los 40,000 km. También arreglaron a Gala de la muela (endodoncia y corona incluida…), comimos sushi de verdad, encontramos libros deseados y un cable para el iPod. Pero por mucho, lo mejor fue ver a los amigos. Pasear, platicar, comer, beber y verlos en su vida por acá.
Sharon nos recibió en su casa, que se llama el Hostal Grobeisen por toda la gente que ha recibido desde que se mudó del DF a Santiago hace poco más de seis meses. Pero nosotros sabemos algo de hostales después de este viaje y estar ahí no se pareció en nada a un hostal, fue totalmente como estar en casa.
PD Gracias infinitas por los chilaquiles en salsa verde. Con esos llegamos hasta México.
Vesna, Manuel, Miquel y Amaranta nos invitaron a cenar a su casa. La noche estuvo increíble pero se nos olvidó la cámara… Otro día vimos a Vesna (vino a visitarnos mientras estábamos en el dentista) y nos tomamos la foto los tres, ella en represntación de toda la familia.
En la hermosa casa de Akemi, Julien, Maëlle, Émile y Catalina justo después de una comida deliciosa de domingo soleado. Mezcla perfecta de México, Francia y Chile. Y que viva el flan de coco!
El Persa Bío Bío está en la calle Placer, junto al antiguo matadero Franklin, en un barrio popular de Santiago. Parece el nombre y el lugar perfecto para un burdel arrabalero de historias de lujuria y perdición pero en realidad es un mercado de pulgas y se llama así porque acá a los grandes bazares les dicen Persas y porque otra de las calles que lo rodea se llama Bío Bío (en Chile, por tradición mapuche, es muy común que las calles y las ciudades tengan nombres de palabras repetidas: el famoso equipo de futbol Colo Colo, hace honor a un guerrero mapuche, por ejemplo).
Caminando por sus viejos y enormes galpones, uno encuentra muebles viejos restaurados, muebles nuevos rotos, antigüedades, fayuca, joyas de fantasía, juguetes, chácharas, fotos viejas, libros, espejos, gises (por pieza o de mayoreo), ropa nueva y de segunda mano, medias usadas (pero sin hoyos), controles remoto de televisiones descontinuados, comida, videojuegos, música (en rocolas, en vinyles y en vivo). Basura para unos que es tesoro para otros. Un lugar perfecto.