Repelente natural contra mosquitos.
Las termitas solo picaban un poquito, y luego, al aplastarlas y frotarlas en los brazos dejaron un olor dulzón que duró varias horas.
Mientras caminábamos por la selva, Artemio, nuestro guía, siempre atento al camino, nos contaba en voz baja sobre los árboles. Pasamos junto a árboles con madera dura buena par hacer casas, árboles con madera ligera buena para hacer balsas, árboles sagrados que no se cortan nunca. Nos enseñó cortezas que curan males y enfermedades, cortezas perfumadas y cortezas que duermen o matan con su veneno fulminante.Vimos árboles parásitos que se trepan en otros árboles y los encierran hasta consumirlos, árboles esbeltos que caminan porque se mueven de lugar, árboles con ramas que guardan agua en el interior que se puede tomar. Árboles antiguos con troncos enormes que pedían abrazos, árboles jóvenes con troncos suaves para acariciar y árboles con troncos cubiertos de espinas punzantes que nos miraban altaneros mientras pasábamos cuidadosos junto a ellos.