El Brujo es uno de los sitios arqueológicos más importantes y antiguos de la costa norte de Perú. Está ubicado en el valle del rio Chicama, en el distrito de Magdalena de Cao.
El complejo está conformado por cinco pirámides de adobe que descansan a orillas del mar. En una de ellas, la Huaca Cao Viejo, fue encontrada en 2006 la tumba de una gobernante de la cultura Mochica que gobernó en el siglo IV d. C. Se le llamó la Señora de Cao y su descubrimiento fue muy importante porque hasta antes del mismo se creía que la cultura Mochica había sido gobernada exclusivamente por hombres.
Todo lo que se encontró en la tumba, incluida la momia de la mismísima Señora de Cao así como todas sus joyas, ropas de oro y elaborados adornos funerarios, se encuentran expuestos en el Museo de sitio Cao, diseñado por la arquitecta peruana Claudia Uccelli.
La cultura Mochica o Moche se desarrolló entre el 100 a.C. y el 700 d.C. en el valle Moche, en la costa norte de Perú. Su capital se encontraba en lo que hoy se conoce como el sitio arqueológico de las Huacas del Sol y de la Luna.
Ai Apaec (del mochica Aiapæc), era su deidad más importante. Un dios castigador, el más temido y adorado, llamado también El Decapitador. Ai Apaec era adorado como el dios creador y protector de los moches, proveedor del agua, los alimentos y de sus triunfos militares.
Su nombre quiere decir «hacedor» en lengua mochica.
El sitio arqueológico de Caral está en el Valle de Supe, como a 200 km al norte de Lima. Tiene más de 5000 años, lo que lo convierte la construcción más antigua (como por 1500 años) de América encontrada hasta la fecha.
Aunque hay registros de visitas hechas al lugar por arqueólogos y viajeros desde principios del siglo XX, fue hasta la década de los noventa que se determinó su importancia y antigüedad. A partir de entonces el sitio está protegido y se trabaja en su exploración y conservación hasta la fecha.
Nos pasó en Caral lo que nos pasaría los siguientes días mientras visitábamos los sitios arqueológicos de la costa norte de Perú. A diferencia de Machu Picchu y toda la zona del Valle Sagrado, el centro del imperio inca, tan conocido, estudiado y restaurado, estos sitios, que son mucho más antiguos que aquellos, han sido descubiertos mucho más recientemente y en la mayoría de estos, los trabajos arqueológicos de conservación empezaron no hace más de 30 años y van poco a poco, luchando siempre contra el clima desértico de la costa, que lo erosiona todo (casi todas las construcciones son hechos de adobe y no de piedra, como en el caso de las construcciones incas) y contra los huaqueros, o saqueadores de tumbas, que en su búsqueda incansable de tesoros escondidos destruyen todo a su paso, pero que por otro lado, han sido quienes en muchos casos, han hecho descubrimientos importantes en los sitios, lo que da lugar a que el gobierno por fin se decida a protegerlos.
Visitar estos lugares requiere de mucha imaginación, por decir lo menos, porque en muchos casos los trabajos de conservación van en una etapa muy temprana (de restauración, ni hablamos) y las pirámides y construcciones siguen estando casi completamente enterradas en montañas de arena y piedra en medio del desierto. Pero es muy emocionante ver todas esas estructuras, latiendo enterradas dentro de la tierra, a penas mostrando una probadita de lo que fueron, diciendo a cuenta gotas todas esas historias desconocidas hasta hace tan poco tiempo.
En una época en la que todo va tan rápido y los descubrimientos parecen venir uno tras otro dejándonos tiempo a penas para procesarlos, estos recintos (por razones económicas, políticas, burocráticas y culturales) siguen un ritmo como de antes, van poco a poco. Hay tanto por descubrir y habrá que tener paciencia, (ejercicio interesante en estos días), porque sea lo que sea que estos sitios tengan que decir, seguro valdrá la pena esperar para escucharlo.
Huaca (en quechua wak´a), es el nombre que se le da a los lugares sagrados o de veneración.
La Huaca Pucllana es una pirámide de más de 25 metros de altura formada por millones de pequeños bloques de adobe conocidos como adobitos colocados en forma vertical. Pertenece a la cultura Lima (100 d.C. a 650 d.C.) y fue uno de sus principales centros administrativos y ceremoniales.
El sitio arqueológico está en el centro del barrio de Miraflores, en Lima.
Cuando la piedra pesada y fría se convierte en piedra que acuna al sol en sus concavidades y refleja a la luna en sus prominencias.
Cuando la piedra dura es suave.
Cuando la piedra inerte se acopla entre otras piedras en una danza inmóvil de siglos.
Cuando la piedra silenciosa e indiferente te susurra, escúchala. Y tócala.