De lejos parecen golondrinas kamikaze que se lanzan como torpedos directo al chorro de agua. De cerca parecen aves extraterrestres con ojos gigantes. En realidad se llaman vencejos y han decidido hacer de los acantilados por donde cae el agua, el lugar en donde hacer sus nidos. Son aves totalmente aéreas, con patas débiles para caminar (si caen al suelo les es muy difícil remontar el vuelo) pero con garras fuertes que las dejan agarrarse con fuerza a lugares elevados. En caso remoto de encontrar uno tirado por la calle, lo mejor es subir a la azotea de un edificio (en caso de no haber ningún acantilado cerca) y dejarlo caer desde ahí. Entonces volará.