El Camino a Los Yungas va de La Paz a la región con ese nombre, en el noreste del país.
Es conocido como el Camino de la Muerte porque en la década de los noventas el Banco Interamericano de Desarrollo nombró al camino como la carretera más peligrosa del mundo, por sus pendientes tan pronunciadas y porque mide, en muchos tramos, solo tres metros de ancho, ocasionando un promedio de 200 accidentes al año.
Hace varios años, se construyó una carretera más segura que sustituyó el camino y ahora es muy poco transitado, pero el nombre se le quedó y ahora es famoso por su paisaje y por los descensos que se hacen en bicicleta.
Salimos de La Paz muy temprano. A eso de las 7 de la mañana, llegamos a un lugar que se llama La Cumbre, a 4,700 msnm. Hacía muchísimo frío y había neblina y llovizna. Ahí, tomamos valor y las bicicletas y bajamos 3,600 metros en 64 km de recorrido. El paisaje fue cambiando conforme íbamos bajando y a menos metros, hacía más calor. Fuimos de la puna a la selva tropical a lo largo de más o menos cinco horas de bajada por el estrechísimo camino de tierra, rodeados por paisajes impresionantes y escalofriantes con caídas de hasta 800 metros en vertical, hasta llegar al pueblo de Yolosa a 1,100 msnm, en donde comimos y nos asoleamos un rato antes de regresar en autobús a La Paz.
Luchitas en pelota a orillas del Lago Titicaca, el Viernes Santo.
Bajó el sol y justo antes de que el día se apagara, se iluminó de mil colores.
Y a nosotros, tan pequeños, el corazón se nos hizo más grande.