Recién llegando a Valdez vimos por casualidad el periódico local de ese día. La noticia principal de la primera plana incluía una foto tomada el día anterior en la que aparecía una mamá oso cruzando la carretera con un osito agarrado con la boca, seguida por tres ositos más. Al ver nuestro interés por la noticia, la señora dueña del periódico amablemente señaló en nuestro mapa del pueblo la zona donde habían sido vistos. Nos fuimos para allá a buscar a la familia. Cuando llegamos, encontramos todo un operativo coordinado por la policía. La mitad del pueblo había tenido la misma idea que nosotros y estaba ahí esperando a que los osos bajaran a cenar al mismo lugar donde habían bajado las tardes anteriores. Por supuesto no bajaron (¿por qué bajarían si había 80 mirones entre ellos y su cena?) y después de esperar a un lado de la carretera como media hora, un policía en bicicleta vino a avisarnos que la mamá osa acababa de ser vista unos kilómetros más adelante, en donde, claro, casi no había nadie. Ni hablar, nos quedamos sin ver a los osos y sin ser parte de la noticia del día siguiente.