Amaneció nublado y así se quedó todo el día. A ratos llovía.
Al final de la tade las nubes se hicieron a un lado. Salió el sol radiante.
Todo se prendió de colores. Se metió el sol detrás de las montañas.
Entonces salió la luna. Redonda y brillante.
Uno de esos atardeceres.
El 18 de octubre de 1867 Estados Unidos le compró Alaska a Rusia, que la había colonizado desde 1741 hasta entonces. Sus 1,518,800 km2 costaron 7.2 millones de dólares de esa época.
Todavía quedan algunas comunidades y pueblos rusos en el estado. Ninilchik, en la Península de Kenai, es uno de ellos. El minúsculo pueblo de pescadores, con su Iglesia Rusa Ortodoxa, su cementerio y sus casas de madera salpicadas en la pradera, parece haberse detenido en el tiempo.
En un mirador de lobos marinos, bajando por la costa soleada de Oregon.