Del santoral profano al gaucho justiciero Antonio Mamerto Gil Núñez, mejor conocido como Gauchito Gil:
Oh! Gauchito Gil te pido humildemente
se cumpla por intermedio ante Dios,
el milagro que te pido: (pedir lo que se desea)
y te prometo que cumpliré mi promesa
y ante Dios te haré ver, y te brindaré mi fiel agradecimiento
y demostración de fe en Dios y en vos Gauchito Gil
Amén
Los peregrinos (miles cada año) visitan el pequeño santuario del Gauchito y dejan todo tipo de ofrendas: placas de agradecimiento, placas de coche, cigarros encendidos, botellas de vino, fotos, cartas, cuadros, vestidos de novia, cuchillos de todos tamaños, pistolas, espuelas de caballo. Se prenden velas rojas que cada tanto recogen con una pala para hacer espacio.
En uno de los salones del museo, tapizado hasta el techo con ofrendas, un letrero advierte:
Sres. Devotos:
Los objetos donados
pasan a propiedad del museo.
Gracias
La comisión
Por aquello de que la fe (no importa si por lo divino o por lo profano) puede llegar a flaquear…
En los esteros vimos animales al infinito. Todo tipo de aves, cardenales de copetes rojo, distinguidas garzas, enormes cigüeñas. Jacarés descansando al sol. Hasta un ciervo de los esteros, que sólo se encuentra en la región. Pero los consentidos fueron los carpinchos.