Parece que viene para acá, que ataca. Pero la verdad es que está inmóvil e indiferente. Abre la boca para nivelar su temperatura corporal. Pasa los días de verano tomando el sol y sólo caza por la noche.
En el Amazonas habíamos visto jacarés esquivos de lejos que evitaban a toda costa el contacto con humanos; nomás empezábamos a ir hacia ellos en la panga, se sumergían veloces en el agua. En el Iberá los vimos por montones y de cerquita. No se inmutaban, aún cuando estábamos a menos de un metro de distancia. La diferencia entre tener cara de la cena y vivir en una reserva protegida…
carpincho o capibara, el roedor más grande del mundo
Nos fuimos a la lancha muy de mañana, antes de que el sol se pusiera bravo.
Agua, viento, sol, cielo azul, jardines de lirios con flores amarillas. Y nubes de borreguitos.