Pueblos de adobe del Valle Sagrado. El tiempo los visita sin prisa y se queda plácido, sentado en la plaza viendo pasar los días, hasta que se olvida de irse a otro lado.
La Salinera de Maras, en el Valle Sagrado, fue construida por el pueblo de los Chanpata, una cultura pre incaica, entre el 200 dC y el 900 dC. Se encuentra en un costado de la montaña Qaqawiñay y está conformada por unos 3000 pozos con un área promedio de 5 m².
Actualmente, la salinera todavía funciona durante la temporada seca gracias a un manantial natural de agua salada que se encuentra en su parte más alta. El agua corre naturalmente por pequeños canales que bajan por la montaña llenando los pozos. El proceso de evaporación dura más o menos un mes, dejando un volumen de sal sólida de 10 cm de alto. La sal es golpeada y granulada, recolectada, iodada y embolsada manualmente por casi 200 familias indígenas de la región, que la venden principalmente en los mercados de la zona.
La iglesia de Nuestra Señora de Monserrat en el pueblo de Chinchero, construida en la última mitad del siglo XVI utilizando como cimientos los muros de piedra labrada del palacio de Túpac Inca Yupanqui.
Saqsaywaman está dos km al norte de Cusco, que fue la capital del antiguo Imperio Inca. Se comenzó a construir durante el gobierno de Pachacútec, en el siglo XV y se terminó cincuenta años después, bajo el mandato de Huayna Cápac. Se cree que en su construcción participaron más de 20,000 personas y aun hoy en día cuesta trabajo entender cómo es que llevaron hasta el lugar piedras que miden hasta 9 metros de alto.
Se cree que el sitio funcionó como una fortaleza y como un centro ceremonial dedicado a Inti, el Dios del Sol.
Saqsaywaman es considerada una de las obras arquitectónicas más importantes del periodo incaico, pero actualmente se conserva poco más del 20% de la construcción original, porque durante la colonia y hasta mediados del siglo XX, las piedras de la misma se extraían del sitio y se utilizaban para la construcción de casas e iglesias en la ciudad de Cusco. De cualquier forma, el lugar realmente es imponente.
Piedras de 9 metros, acomodadas unas sobre otras.
Nosotros para dar escala.
Gala tomando el sol frente a las ruinas.